El primero de mayo estaba enferma y escribí esto:
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Tengo un silbato en la nariz. Estoy tan resfriada que cuando exhalo emito un ruido de flauta. El día está gris. Me hago vapores en el living y escucho como la vecina maltrata a su hijo mientras lo ayuda a hacer la tarea. Leo lo que pasa en el congreso respecto a la reforma laboral. Me pregunto qué puedo hacer. Qué puedo hacer para no volverme a enfermar, para reducir el dolor del vecino, para que lo del congreso pare?
A pesar de todo, me siento mejor porque pude llorar con mi novio que me escuchó con ternura. Como descubrimos el ruido de flauta de mí nariz, me pide que tararee el tren del cielo con ella. Lo hago, sale bastante bien y nos reímos. Me propone ver alguna serie o pelicula. Empezamos la temporada 3 de Fargo.
Anoche cuando empecé a volar de fiebre lo desperté pidiéndole ayuda. Usé exactamente esa frase "Amor, necesito tu ayuda". Y para mi, que de pedir ayuda en general sé poco, fue un montón. Era la 1 am. Al principio no entendió nada, después me abrazó, se puso ropa y salió para la farmacia. Hoy mientras estabamos acostados me dijo que a ese momento yendo a la farmacia lo había vivido como un sueño, medio dormido caminando por una ciudad húmeda y desierta.
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El año pasado con Andrés fuimos a Mar del Plata. Las fotos que hice casi se velan pero las pude rescatar sacando el rollo de la cámara a oscuras encerrada en el baño. Como resultado quedaron azuladas. Un imprevisto, una sorpresa.
Hoy cumplimos dos años juntos. Quizás deba pedirle perdón por este posteo porque él escribe muy bien y yo para contar estos dos años solo pude recopilar esta información algo desordenada. El tema es que no me salió otra cosa, tanto la vida como los sueños son así, caóticos, no conocen de orden.
Gracias esta vida compartida de ensueño, por llegar de sorpresa y hacer todo más bello.